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Es común oír que se trabaja por dinero. Al menos desde una perspectiva muy básica esta afirmación es cierta. O, con mayor exactitud, es más cierta para unos que para otros y me explico.

Hay personas para las que su mayor motivación al despertarse cada día e ir a trabajar es ganar dinero, prestigio y poder. Hay para quien estos son los motores de su vida. Para ellos, el enunciado con el que comenzaba es totalmente cierto. De hecho, esto es así porque este tipo de personas tienen lo que se llama una Orientación Filosófica mayoritariamente Pragmática.

Ahora bien, eso no implica que todos los que trabajamos nos identifiquemos con la frase inicial. Hay incluso quien se siente muy alejado de este enunciado y eso no tiene nada de malo (ni de especialmente bueno tampoco). La disparidad en la sensación tiene que ver probablemente con que estas personas tienen Orientaciones Filosóficas predominantes del tipo Humana o Intelectual.

A lo que quiero llegar es a que hay fundamentalmente tres cosas que nos mueven en la vida. Se trata de los tres tipos de motivaciones u orientaciones que fueron descritas por McClelland y reformuladas por Boyatzis al cabo de unos años.

Estos investigadores del comportamiento humano observaron que hay personas que tienen una tendencia utilitarista y consecuencialista en sus actos. Es decir, tienen una Orientación Filosófica pragmática y tienden a valorar las cosas en términos de utilidad.

Pero además de la Pragmática, estos científicos vieron que existe una segunda orientación: la Humana. Para las personas en las que predomina esta motivación, lo más importante son las personas y las relaciones. Con tendencia humanista y comunitarista, valoran una actividad en términos de afecto hacia otros individuos y el impacto que van a tener sus actos sobre las relaciones que guarda con estos.

Por último, McClelland y Boyatzis advierten que hay otro principio motor predominante y es el Intelectual. Para este caso, a los individuos con Orientación Filosófica predominante Intelectual les interesa aprender en todo aquello que hacen. Valoran sus acciones en base a la contribución intelectual que dichas acciones les van a generar.

Cabe aclarar que generalmente todo sujeto tiene una combinación de orientaciones o motivaciones. Suele suceder que una haya una o dos de esas orientaciones que son las predominantes. Así, si la tuya es la pragmática, fabuloso y adelante con trabajar sólo para ganar poder y prestigio. No obstante, si este no es tu caso e intuyes que alguna de las otras dos predomina en ti, cuidado con sólo trabajar por un sueldo. Fundamentalmente porque, si actúas así, te estarás perdiendo pequeños grandes pedazos de vida.